lunes, 8 de junio de 2020



MITOS, RITOS Y LEYENDAS EN EL ORÁCULO CONGRESIONAL


El periodista Leonel Concha, con quien laboré 30 años de los 47 que tengo en el periódico El Nacional, escribía la columna “La Vida en Broma”, donde trataba de manera humorística los temas de la cotidianidad.

Concha, recuerdo, que se inventó un premio, para satirizar las premiaciones que había en el país, incluyendo El Casandra, por el que tanto luchaban los artistas y la gente del medio.

El inefable Leonel Concha creó un premio que se llamaba “El Guaymimai del Año”, con el que tanto nos divertíamos en sus escritos, los compañeros de la redacción como Julio Martínez Pozo, Orión Mejía, Roberto Marcallé Abréu, Antonio y Freddy Cruz, Alipio Coco Cabrera, Cristhian Jiménez, Juan TH, Rafael Núñez, Magda Florencio, Juan Báez, Domingo del Pilar, Bonaparte Gautreaux Piñeiro, Bolivar Díaz Gómez, y muchos otros que harían la lista muy larga.

Mucho que gozábamos con las ocurrencias de Leonel Concha, que dicho sea de paso, trabajaba a su vez como corrector de estilo, y tenía un negocito alterno, como era el de vender unos ricos pastelitos que hacía su esposa en su casa, y que él llevaba diariamente en una funda.

Pues bien, ese premio “El Guaymimai del Año” creado por Leonel Concha, creemos que hay que rescatarlo, y entregárselo en su máximo galardón al diputado Pedro Botello, por su actuación en el congreso buscando cámara, y la caracterización que hizo del desmayo durante una protesta en La Romana.
Pero no porque su actuación fue buena, sino muy mala.

“El Guaymimai” sería una especie de la parodia de los premios Bollywood de Hollywood, para premiar a este personaje, tan charlatán, que es capaz de fingir un desmayo para que lo publiquen en la prensa, sin importarle echar por el suelo su fementida lucha en favor de los trabajadores y el reclamo de que les sea entregue el 30 por ciento del fondo de pensiones.
Es otro llamado de alerta, para que se fijen bien al momento de elegir los diputados y senadores que irán al congreso de la República en las próximas elecciones.

Basta ya de sicofantes, botafumeiros, taimados, atorrantes, ladinos, centauros, arlequines, tarados, sibilinos, sátiros, faunos, vampiros, cabezas de Medusa,  Dragones de 7 Cabezas y otros seres fantásticos y criaturas malignas que pululan en el mitológico mundo del congreso dominicano

Los tiempos no están para más traumatismos, pero tampoco para más sesiones de risoterapias.
Fuente.merengala

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